lunes, 10 de febrero de 2020

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL SEMINARIO SOBRE "EDUCACIÓN: EL PACTO MUNDIAL" ORGANIZADO POR LA PONTIFICIA ACADEMIA DE CIENCIAS SOCIALES

El Papa clama por un pacto educativo global que rompa con la desigualdad entre los pueblos

El Papa clama por un pacto educativo global que rompa con la desigualdad entre los pueblos


"La pobreza, la discriminación, el cambio climático, la globalización de la indiferencia, las cosificaciones del ser humano marchitan el florecimiento de millones de criaturas"

Un pacto “entre la familia, la escuela, la patria y el mundo, la cultura y las culturas”

“Educación: el Pacto Mundial” es el título del Seminario promovido por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, que este mediodía fue recibido por el Papa Francisco, quien les invitó a recuperar el sueño de un “pacto educativo global” que apueste decididamente por la educación como motor de progreso e igualdad entre los pueblos.
“A pesar de los objetivos y metas formulados por la Organización de las Naciones Unidas -lamentó el Papa-, la educación sigue siendo desigual entre la población mundial”. No sólo eso: “la pobreza, la discriminación, el cambio climático, la globalización de la indiferencia, las cosificaciones del ser humano marchitan el florecimiento de millones de criaturas”, un “muro casi infranqueable” para muchos pueblos.

Generosidad y valentía

“Pensar en la educación es pensar en las generaciones futuras y en el futuro de la humanidad; por lo tanto, es algo que está profundamente arraigado en la esperanza y requiere generosidad y valentía”, insistió el Papa, quien apuntó que “educar no es solamente trasmitir conceptos, sino que es una labor que exige que todos los responsables de la misma —familia, escuela e instituciones sociales, culturales, religiosas...— se impliquen en ella de forma solidaria”.
“Para educar hay que buscar integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos”, apuntó Francisco, en una metáfora que suele utilizar a menudo, especialmente en sus encuentros con los más jóvenes
“Hoy está en crisis, está roto lo que he llamado el 'pacto educativo'”, denunció el Santo Padre. Un pacto “entre la familia, la escuela, la patria y el mundo, la cultura y las culturas”. “Está roto, y muy roto; y no se puede pegar o recomponer sino a través de un renovado esfuerzo de generosidad y acuerdo universal”, añadió.

Integrar los saberes y salir al mar abierto global

Pese al aparente pesimismo, “hoy estamos llamados a renovar y reintegrar el esfuerzo de todos — personas e instituciones— por la educación, para rehacer un nuevo pacto educativo, porque solamente así podrá cambiar la educación”. Y, para eso, reclamó, “hay que integrar los saberes, la cultura, el deporte, la ciencia, el esparcimiento y la recreación; para eso, hay que tender puentes de conexión, saltar el “chiquitaje”, que nos encierra en nuestro pequeño mundo, y salir al mar abierto global respetando todas las tradiciones”.
“Se podrá así promover una cultura del diálogo, del encuentro y de una mutua comprensión, de modo pacífico, respetuoso y tolerante. Una educación que capacita para identificar y fomentar los verdaderos valores humanos dentro de una perspectiva intercultural e interreligiosa”, subrayó. 
Junto a ello, Francisco quiso “rendir homenaje a los docentes” que “ante el desafío de la educación siguen adelante con valentía y tesón. Ellos son “artesanos” de las futuras generaciones”. De este modo, pidió que el futuro pacto educativo “reconozca y respalde” la función de los profesores.
Cortesía de  Religión Digital

A continuación el mensaje completo:
Queridos amigos:
Me es grato saludarlos con ocasión del Seminario promovido por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales sobre “Educación: el Pacto Mundial”. Me alegra que reflexionen sobre este tema, porque hoy es necesario unir esfuerzos para alcanzar una alianza educativa amplia con vistas a formar personas maduras, capaces de reconstruir, reconstruir el tejido relacional y crear una humanidad más fraterna (cf. Discurso al Cuerpo Diplomático, 9 enero 2020).
La educación integral y de calidad, y los patrones de graduación siguen siendo un desafío mundial. A pesar de los objetivos y metas formulados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos (cf. Objetivo 4), y de los importantes esfuerzos realizados por algunos países, la educación sigue siendo desigual entre la población mundial. La pobreza, la discriminación, el cambio climático, la globalización de la indiferencia, las cosificaciones del ser humano marchitan el florecimiento de millones de criaturas. De hecho, representan para muchos un muro casi infranqueable que impide lograr los objetivos y las metas de desarrollo sostenible y garantizado que se han propuesto los pueblos.
La educación básica hoy es un ideal normativo en el mundo entero. Los datos empíricos que ustedes, señores académicos, comparten, indican que se ha progresado en la participación de los niños y niñas en la educación. La matriculación de los jóvenes en la educación primaria es hoy casi universal y se evidencia que la brecha de género se ha reducido. Este es un logro loable. Sin embargo, cada generación debería reconsiderar cómo transmitir sus saberes y sus valores a la siguiente, ya que es a través de la educación que el ser humano alcanza su máximo potencial y se convierte en un ser consciente, libre y responsable. Pensar en la educación es pensar en las generaciones futuras y en el futuro de la humanidad; por lo tanto, es algo que está profundamente arraigado en la esperanza y requiere generosidad y valentía.
Educar no es solamente trasmitir conceptos, esta sería una herencia de la ilustración que hay que superar, o sea no sólo transmitir conceptos, sino que es una labor que exige que todos los responsables de la misma —familia, escuela e instituciones sociales, culturales, religiosas…— se impliquen en ella de forma solidaria. En este sentido, en algunos países se habla de que está roto el pacto educativo porque falta esta concurrencia social en la educación. Para educar hay que buscar integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos. Que un educando piense lo que siente y lo que hace, sienta lo que piensa y lo que hace, haga lo que siente y lo que piensa. Integración total. Al fomentar el aprendizaje de la cabeza, del corazón y de las manos, la educación intelectual y socioemocional, la transmisión de los valores y las virtudes individuales y sociales, la enseñanza de una ciudadanía comprometida y solidaria con la justicia, y al impartir las habilidades y el conocimiento que forman a los jóvenes para el mundo del trabajo y la sociedad, las familias, las escuelas y las instituciones se convierten en vehículos esenciales para el empoderamiento de la próxima generación. Entonces sí, no se habla ya de un pacto educativo roto. El pacto es este.
Hoy está en crisis, está roto lo que he llamado el “pacto educativo”; el pacto educativo que se da entre la familia, la escuela, la patria y el mundo, la cultura y las culturas. Está roto, y muy roto; y no se puede pegar o recomponer. No se puede zurcir, sino a través de un renovado esfuerzo de generosidad y acuerdo universal. El pacto educativo roto significa que sea la sociedad, sea la familia, sean las distintas instituciones que están llamadas a educar delegan la decisiva tarea educacional a otros, evadiendo así la responsabilidad las diversas instituciones básicas y los mismos estados que hayan claudicado de este pacto educativo.
Hoy estamos llamados, de alguna manera, a renovar y reintegrar el esfuerzo de todos —personas e instituciones— por la educación, para rehacer un nuevo pacto educativo, porque solamente así podrá cambiar la educación. Y, para eso, hay que integrar los saberes, la cultura, el deporte, la ciencia, el esparcimiento y la recreación; para esto, hay que tender puentes de conexión, saltar; me permiten la palabra: saltar el “chiquitaje”, que nos encierra en nuestro pequeño mundo, y salir al mar abierto global respetando todas las tradiciones. Las nuevas generaciones deben comprender con claridad su propia tradición y cultura. Eso no se negocia, es innegociable, en relación con las demás, de modo que desarrollen la propia auto-comprensión afrontando y asumiendo la diversidad y los cambios culturales. Se podrá así promover una cultura del diálogo, una cultura del encuentro y de una mutua comprensión, de modo pacífico, respetuoso y tolerante. Una educación que capacita para identificar y fomentar los verdaderos valores humanos dentro de una perspectiva intercultural e interreligiosa.
La familia necesita ser valorada en el nuevo pacto educativo, puesto que su responsabilidad ya comienza en el vientre materno, en el momento del nacimiento. Pero las madres, los padres —los abuelos— y la familia en su conjunto, en su rol educativo primario, necesitan ayuda para comprender, en el nuevo contexto global, la importancia de esta temprana etapa de la vida, y estar preparados para actuar en consecuencia. Una de las formas fundamentales de mejorar la calidad de la educación a nivel escolar es conseguir una mayor participación de las familias y las comunidades locales en los proyectos educativos. Y estas son parte de esa educación integral, puntual y universal.
Deseo, en este momento, rendir también homenaje a los docentes —los siempre mal pagados—, porque ante el desafío de la educación siguen adelante con valentía y tesón. Ellos son “artesanos” de las futuras generaciones. Con su saber, paciencia y dedicación van transmitiendo un modo de ser que se transforma en riqueza, no material, sino inmaterial, se va creando al hombre y mujer del mañana. Esto es una gran responsabilidad. Por lo tanto, en el nuevo pacto educativo, la función de los docentes, como agentes de la educación, debe reconocerse y respaldarse con todos los medios posibles. Si nuestro objetivo es brindar a cada individuo y a cada comunidad el nivel de conocimientos necesario para tener su propia autonomía y ser capaces de cooperar con los demás, es importante apuntar a la formación de los educadores con los más altos estándares cualitativos, en todos los niveles académicos. Para respaldar y promover este proceso, es necesario que tengan a disposición los recursos nacionales, internacionales y privados adecuados de manera que, en todo el mundo, puedan cumplir sus tareas de manera efectiva.
En este Seminario sobre “Educación: El Pacto Mundial”, ustedes, académicos de varias de las universidades más respetadas del mundo, han identificado nuevas palancas para hacer que la educación sea más humana y equitativa, más satisfactoria, y más relevante para las necesidades dispares de las economías y sociedades del siglo XXI. Ustedes han examinado, entre otras cosas, la nueva ciencia de la mente, el cerebro y la educación, la promesa de la tecnología de llegar a niños que actualmente no tienen oportunidades de aprendizaje, y el tema importantísimo de la educación de jóvenes refugiados e inmigrantes alrededor del mundo. Ustedes han abordado los efectos de la creciente desigualdad y el cambio climático en la educación, así como las herramientas para revertir los efectos de ambos y afianzar las bases para una sociedad más humana, más sana, más equitativa y feliz.
Y hablé de los tres lenguajes: de la mente, del corazón, de las manos. Y hablando de las raíces, de los valores, podemos hablar de verdad, de bondad, de creatividad, pero no quiero terminar estas palabras sin hablar de la belleza. No se puede educar sin inducir a la belleza, sin inducir del corazón la belleza. Forzando un poco el discurso, me atrevería a decir, que una educación no es exitosa si no sabe crear poetas. El camino de la belleza es un desafío que se debe abordar.
Los animo en esta tarea tan importante y apasionante que tienen: colaborar en la educación de las futuras generaciones. No es algo del mañana, sino del hoy. Adelante, que Dios los bendiga. Rezo por ustedes y ustedes háganlo por mí. Muchas gracias.

miércoles, 22 de enero de 2020

8 propuestas para afrontar la emergencia climática desde la educación

Adaptar el currículum hacia la transición de una sociedad sostenible y formar al profesorado en educación ambiental son algunas de las sugerencias que aporta un manifiesto de Ecologistas en Acción.
educación para el desarrollo sostenible

El sistema educativo no está adaptado a los retos que se avecinan para afrontar la crisis climática, según la confederación de grupos ecologistas de España, Ecologistas en Acción. Es por ello que esta organización ha difundido el Manifiesto por una educación que afronte el estado de emergencia climática y planetaria, en el que propone cambios profundos que se deberían realizar en la educación.


"El sistema educativo y el sistema cultural dominante no sólo no están adaptados a los tiempos que se avecinan y a los cambios que se necesitan, sino que nos conducen a más velocidad hacia el colapso", asegura la organización ecologista, que hace un llamado a las administraciones y a la comunidad educativa para sumarse a las personas, organizaciones, comunidades y alumnado que lucha por que haya un giro radical en la sociedad y la economía actuales. "El sistema educativo, en la parte en la que también puede ser proactivo, no se puede quedar atrás".


Y es que, según este organismo, la sociedad ha aprendido a producir y consumir más, "a que el desarrollo de los países ricos traerá el de los países empobrecidos, que sólo trabajan quienes tienen empleo y que la tecnología nos traerá las soluciones necesarias. Estos aprendizajes son ahora contraproducentes".


El texto se ha dado a conocer recientemente en el marco de la celebración del Foro de Educación para la emergencia climática y planetariaque se ha realizado en la Cumbre Social del Clima, un evento que se ha desarrollado de manera paralela a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019, COP25.
En el documento, la organización ecologista sugiere transformar el sistema educativo poniendo en marcha las siguientes acciones:



1. Adaptar el currículum a la necesaria transición a una sociedad ecológica y justa




Ecologistas en acción asegura que el currículum educativo debería cambiar adecuándose a las necesidades de una sociedad ecológica y justa. Esto significa que se deben revisar en su conjunto las asignaturas y adaptarlas de tal manera que el profesorado y el alumnado puedan desarrollar proyectos específicos relativos a la transición ecológica y a la emergencia climática, y adquieran las competencias que les ayuden a responder a estas.


Para ello, la organización ecologista sugiere que se incorporen en el currículum asignaturas adaptadas a un conocimiento más profundo sobre la sostenibilidad, como "una Física, una Química y una Geografía de la sostenibilidad, una Economía ecológica y de los cuidados, una Historia del territorio, una comprensión del metabolismo de materiales y de la energía, una Biología más centrada en la ecología, una alimentación agroecológica, unas tecnologías compatibles con la sostenibilidad, unas Matemáticas que estudien las cuentas de la tierra y de la equidad, una comunicación de la sostenibilidad y la justicia, una ética social y medioambiental, etc.", señala el manifiesto.

2. Formar al profesorado para la emergencia climática y la transición ecológica y social


Resulta clave que los docentes estén preparados para educar al alumnado en temas de sostenibilidad, por lo que resulta indispensable que se formen adecuadamente "para la emergencia climática y la transición ecológica y social, tanto en las escuelas de magisterio como en los másteres de capacitación del profesorado o en las carreras que van a impartir docencia", señala el manifiesto. Asimismo, se debe considerar que estas temáticas ecologistas formen parte de la formación permanente del profesorado y se contemplen como requisito en los sistemas de acceso a la función pública docente.

3. Educar en el territorio: fuera de las aulas

educación ambiental


Para entender las consecuencias de la acción humana en el planeta es necesario que el alumnado tenga contacto directo con la naturaleza y la explore, que se eduque en el territorio, es decir, que salga de las aulas y se vincule con el medio ambiente. De esta manera podrá defenderlo y considerarlo "como la base material que sustenta la vida".

4. Cambiar las infraestructuras educativas hacia la sostenibilidad


Otra de las propuestas del organismo es modificar las propias infraestructuras educativas, así como la accesibilidad a éstas. Esto significa transformar los centros educativos tal manera que sean ecológicamente sostenibles, que permitan el aprendizaje de la sostenibilidad en las propias instalaciones de las escuelas, institutos y universidades, "y sirvan de referencia para el resto de la comunidad".

5. Desarrollar metodologías inclusivas que favorezcan el aprendizaje colectivo y la solidaridad


El sistema educativo debe poner el énfasis en que el alumnado aprenda y experimente la solidaridad, la organización de la comunidad y la vinculación responsable con el territorio del que depende. También es importante implantar "sistemas de aprendizaje individual y colectivo, para sobrevivir y vivir con dignidad", señala la organización.

 

6. Construir soluciones y proyectos educativos que contribuyan a la sostenibilidad


Ecologistas en acción sugiere también que entre las administraciones y los propios centros se construyan y promuevan soluciones prácticas que contribuyan a que el sistema educativo y sus actores sean más sostenibles. Algunas de ellas serían "implantar comedores ecológicos y amables con la naturaleza, la movilidad sostenible en torno a los centros educativos y formativos, los huertos escolares, los proyectos de rehabilitación ecológica del territorio, el abastecimiento de productos ecológicos y locales, la articulación de redes vecinales y comunitarias, entre otros".

7. Facilitar la creación y distribución de materiales didácticos centrados en cómo realizar la transición ecológica.



Para que el profesorado y la comunidad educativa puedan preparar al alumnado hacia la sostenibilidad, se requiere que se desarrollen y se difundan entre los docentes materiales y recursos centrados en la transición ecológica.
 

8. Denunciar las falsas soluciones e implicar a toda la comunidad educativa


Ecologistas en acción considera que es necesario comprender desde el sistema educativo la magnitud de la emergencia climática y que los verdaderos responsables de esta son: "las políticas de extracción-producción-distribución- consumo-desecho, el agronegocio, la hipermovilidad motorizada, las reglas del mercado, los intereses de las grandes corporaciones, los grandes medios de comunicación y las formas de vida insostenibles".
Por ello, se requiere denunciar las falsas soluciones a la crisis climática y "del ‘lavado verde' que acaban siendo más despilfarro de energía y de materiales y más desigualdades sociales", sostiene la organización.
Asimismo, el manifiesto afirma que el cambio de rumbo hacia una sociedad más sostenible requiere de la implicación de toda la comunidad educativa y en todas las etapas "desde la Educación Infantil hasta la Universidad, incluyendo la Formación Profesional". También hay que establecer sinergias con la educación no formal (asociaciones, colectivos comprometidos con el cambio social) y en especial con la educación ambiental, aprovechando y dinamizando su red de equipamientos y recursos.
El cambio educativo también debe implicar un cambio cultural, en el que los medios de comunicación, los agentes de creación de opinión, las comunidades educativas, las instituciones y los movimientos sociales, tienen un papel primordial. Todos ellos, asegura el manifiesto, deben tomar conciencia de que hay una emergencia climática, social y ecológica.